De esta manera partimos desde mi casa el día sábado promediando las seis de la mañana, tomamos por ruta provincial 6 y al llegar al cruce de la calle Juan de Garay paramos en las nuevas instalaciones a las que se mudó Carnadas el Toro, donde nos proveímos de unas excelentes porciones de carnadas.

Nuestro viaje continuo como de costumbre después de abonar el peaje del puente Zarate Brazo Largo por ruta 12, hasta la guardería del Camping Recreo Keidel, donde sacamos las lonas cobertoras de mi embarcación “Gino” procedimos a cargar todos los elementos de pesca, conservadoras y demás para esta jornada de pesca.

En marcha bajamos con un rio un tanto planchado por el Paraná Guazú hasta ingresar al Paraná Bravo, aquí buscamos una profundidad media de unos ocho metros y anclamos, armamos los equipos realizando generosos encarnes con distintos tipos de carnadas, pero como de costumbre los piques no se hicieron esperar en los realizados con lombrices en forma de pulpitos.

De esta manera comenzaron los chicos a pesca ejemplares de bagres picudos, bagres amarillos, bagres blancos, pati y Sebastían logro la captura de un pichón de raya y de un armado que promedio los dos kilos de peso, realmente los piques fueron constantes y la felicidad de los chicos era increíble, por nuestra parte con Gustavo no nos daban las manos para asistirlos en todo lo que necesitaran.

A las 14:00 horas y ya con un promedio de más de sesenta piezas logradas, la gran mayoría con devolución, decidimos la finalización de esta jornada de pesca que habíamos comenzado promediando las 08:45 horas de esa mañana. En el regreso a la guardería ni bien salimos a planeo, los dos pequeños grandes pescadores se nos durmieron, pero sin dudas con la felicidad de haber compartido también ellos como hermanos y en familia otra jornada de pesca más, la que quedara en el recuerdo de ellos y de nosotros para siempre.