Como les comentaba el viernes 30 de mayo realizamos una jornada de pesca con el amigo y colaborador Jorge Alberto Robson, como de costumbre salimos desde la guardería del Camping Recreo Keidel navegando a marcha lenta aguas abajo del Guazú, en las inmediaciones del majestuoso puente nos amarramos a un muelle de madera abandonado, de esta forma procedimos al armado de equipos y líneas de pesca.

Ya con todo listo navegamos hasta la última casilla amarilla de los pantanos, encarnamos y nos largamos al garete, aquí tuve el primer pique y al clavar la pieza a unos treinta metros se cortó el multifilamento, hecho este que no es la primera vez que pasa pescando pejerreyes, no por mi sino por distintos amigos que me acompañaron a pescar.

Pero también es cierto que nunca perdimos una linea siempre la recuperamos y muchas veces con el pez clavado en el anzuelo, bueno este no fue el caso ya que el pez en cuestión se llevó a la rastra el palito y las dos boyas chupetonas pintadas con los colores de la bandera argentina incluso con el sol al medio, no solo se las llevo sino que al arrimarnos para agarrarlas se hundieron para no verlas nunca más.

Acto seguido armado de otra linea con su respectivo encarne y la decisión de navegar hasta la boya 167 del Guazú ya que el pique en los pantanos más allá del mío fue nulo, en la 167 realizamos un par de garetes en lugares claves para el peje sin el más mínimo toque, por lo que nuevamente nos movimos hasta el juncal largo del Bravo frente al Page, gareteamos todo el juncal hasta el arroyo las piedras, garete en el cual también los piques estuvieron ausentes.

Para finalizar y como quien dice quemar las naves, navegamos hasta la boca del Gutiérrez, donde nos largamos nuevamente al garete y en donde tuve un pique, tratándose de una hermosa palometa, este garete lo terminamos pasando la boca del Gutiérrez sobre el Bravo, así que remontamos el Bravo por unos 800 metros y nos tiramos en el medio del rio dejándonos llevar por el viento a la costa de la isla Volcán.

Aquí fue Jorge quien recibió una linda corrida y clavo el primer pejerrey para el de esta temporada, así al llegar a la costa remontamos para el medio del rio y copiamos esta gareteada por unas tres veces más sin resultado alguno. Por lo cual y ya llegada la hora del regreso emprendimos el mismo rio arriba.

Hablamos de que un 30 de Mayo en aguas del majestuoso Paraná Guazú y Paraná Bravo entre dos pescadores y después de casi 20 kilómetros de recorrido y garete se dio un pejerrey, entonces de que me hablan cuando algunos a grandes títulos exclaman “ Arranco la temporada del Guazú”, “ Llegaron los pejerreyes al Guazú” muchachos por favor no vender humo.

Luis María Bruno
semanariodelpescador@gmail.com